sábado, 14 de mayo de 2011

EL ÁGUILA-PAVO

Queridos lectores, estoy sumergido en una profunda preocupación que se ha llevado mis pensamientos varias veces esta semana, y no se me ocurre más cosa que compartirla con Uds.

Hace unos días una de Uds. Si! Una de mis lectores me hizo un comentario que al principio me arrancó una sonrisa, hasta una carcajada, pero luego pensándolo un poco pase del entusiasmo al desconcierto. Para los que no entienden de qué demonios estoy hablando, resulta que me dijeron “DESESPERADO!”  Es que acaso se nota?!
La verdad el comentario entero me alagó mucho, muchísimo, una vez más lo agradezco (como agradezco cada comentario que han hecho en este blog tontamente sincero) pero me dejo una mala espina de cómo va yendo la imagen que se van formando, Uds. mi lectores, sobre su servicial blogger, es decir yo.

Si bien no me conocen o mejor dicho no saben quién soy, hay veces que estoy tentado en decir mi nombre y dejar la capa de mi anonimato en el tacho de la basura más cercano, en definitiva habría muchos pros y contras, mas contras que pro creo yo, que creen Uds.?

Lo que quiero hacer con este post, es más que todo, aclarar ciertas cosas sobre mi vida personal, es que no siempre fui un imperfecto, no significa que alguna vez fui perfecto, lo que quiero decir es que no soy un pavo pues! Bueno no siempre.

En algunas oportunidades he podido alardear de mi presa, de mi conquista que con gala e ingenio logré conquistar; he podido ser también esa persona a la que la coquetean y le piden un beso, y también he sido, con muy poco orgullo, esa persona a quien le lloraron para que se quede.

Creo que en este mundo todos hemos jugado a ser el bueno, el malo, y por qué no también el baboso y el maldito en alguna relación amorosa que resultó infructuosa para algunas de las partes.

Situación A: “El bueno”
Al decir “bueno” no quiero referirme al bondadoso, ni al buena gente, sino al que es bueno haciendo las cosas, al afanador, es decir al ganador.

Y para encontrar la historia correcta tengo que hacer uso de mi Black List, rápidamente la busco en mi mesa de noche, la saco con cuidado y como extrayendo algún tesoro nacional lo admiro y lo abro. Con quien realmente fui bueno en la conquista?, con quien me lucí como todo un galán y salí victorioso? Ah sí, con Karen!

Siempre he dicho que las mejores cosas suceden de repente, sin planearlas, son una total espontaneidad del destino. En esta ocasión salí a hacer un poco de deporte de aventura en uno de los mucho parajes que tiene mi hermosa tierra, salí con única disposición de hacer deporte, relajarme un poco, nada de conquistas, nada de mujeres, solo yo y la roca (fui a hacer algo de escalada), yo y el reto que me imponga. Cuando llegué al punto de encuentro, me doy con la sorpresa de que uno de mis amigos no había llegado solo, sino que estaba acompañado de una linda chica, muy bonita, delgada y además bastante baja, pero era una chaparrita muy rica. Y como era de esperarse los buitres de mis amigos no esperaron ni un solo segundo para darse al ataque a esa indefensa presa. La verdad Karen desde un principio me gusto mucho, en primer lugar porque no hay muchas chicas que hagan deporte y menos uno al aire libre como es la escalada, así que ahí se llevó unos muy buenos puntos Bonus, y además tengo que admitirlo, tiene una sonrisa preciosa, mejor dicho tiene unos ojos sonrientes, saben a lo que me refiero. En fin, como ese día fui con la idea de hacer deporte y no de afanarme a nadie, además que competir entre todos ellos, la verdad no me atrae mucho, deje que mis amigos se sacaran los ojos entre ellos para impresionar y afanar a Karen, mientras que yo me dedicaba a hacer lo mío, escalar. No es que la ignoraba, solo que le mostraba el interés necesario para que se dé cuenta que se que existe, mas nada.

Luego de unas horas, las chelas helenas hicieron su gran aparición, maltas obviamente para recuperar las energías gastadas, horas tras hora se hizo tarde, y como yo había salido temprano llevaba un polo manga cero que no me abrigaba mucho. Y con el frio también salieron los “métodos de calentamiento interplanetarios” es decir uno de mis amigos instaló su aéreo puerto y despegó, la verdad no me hago paltas con eso, cada uno sabe que hace con su vida. Parecía que ella también estaba acostumbrada a ver ese tipo de eventos aéreo espaciales (para los que no entienden, me refiero a que estaban fumando marihuana) y al ver que yo no le entraba a la porquería (la verdad me atoro con un Hamilton, además te deja un horrible olor, yo no fumo) se alegró y empezamos a conversar de la forma más natural y cada vez tomábamos mas confianza, a tal punto que por “motivo” del frio le dije que si la podía abrazar, con lo cual rompimos la frontera del roce cutáneo, fue cuestión de tiempo y obtuve mi victoria. Al día siguiente mis patas me odiaron y me envidiaron.

Situación B: “El malo”
Íbamos subiendo una calle en el centro de la ciudad con un muy buen amigo mío, y justo estábamos conversando sobre por qué no nos arriesgamos más con las chicas, al final no había nada que perder, es que nacimos perdedores. Luego de una larga conversación lo fui a acompañar a tomar su carro, y en el camino una simpática señorita me mira fijamente, y con una sonrisa me dice “hola”, acto suficiente para destrozarme la cabeza, en ese momento no reaccioné a la altura de las circunstancias y seguí mi camino sin dar respuesta alguna, quedando como un total tarado. Cuando llegamos al paradero mi pata me alentaba a regresar y meterle conversación, prácticamente ella había dado el primer paso, tenía las de ganar, el se subió a la combi mientras me decía “no seas tan pavo, ya la tienes hecha!”. Con esa frase en la cabeza, y con todo el optimismo del mundo inflándome el pecho fui a meterle conversación a esa chica que coquetamente me hablo. Felizmente seguía donde la deje pero ahora estaba con unas amigas mas, no me importo y fui con tambaleante paso y casi tartamudeando le dije “hola” me miro con indiferencia,  a lo cual le pregunte su nombre, la sonrisa que me había embestido hace unos minutos había cambiado por una expresión de terror, ella pensaba que la iba a secuestrar o algo así, yo sin ver salida a la situación argumenté lo que había pasado hace poco mas de 5 minutos, a lo cual ella, obviamente respondió con negativa “no, amigo, te has equivocado, yo jamás te saludé, estas confundido” explotando unas leves pero humillantes carcajadas entre sus amigas, yo simplemente, cual militar di media vuelta y empecé mi retirada.

Situación C: “El Maldito”
Esta es una historia de la cual se enorgullece mi más profundo sentido de hombre manipulador y calculador, ese energúmeno color verde hecho un misógino listo para aprovechar la más mínima oportunidad para atacar sin misericordia alguna.

El ataque no fue al azar, ese misil de odio y venganza  fue teledirigido por laser y dirección térmica. Resulta que de ser “El baboso” con mi primera enamorada, me transforme en un ser de la oscuridad chupa sangre sediento de venganza. Cada vez que me enteraba que tenia novio nuevo, el Munrra que llevo dentro me decía que tenía que buscarla y como sabía cuáles eran sus puntos débiles hacia que caiga en mis más bajos instintos, mejor dicho, caíamos juntos en un pozo negro lleno de deseo y desenfreno donde, obviamente, el único perdedor era su nuevo enamoradito, si el cachudo de su enamorado!

Situación D “el baboso”
Creo que antes de ser un maldito, tienes que ser un baboso, y he aquí la explicación de todos esos kilos de odio. Mi primera enamorada era bellísima, me encantó desde el principio, y cuestiones de la vida llegamos a ser pareja. Como yo era un niño tonto (“era” digo!) me deje llevar por unos comentarios que decían que ella me sacaba la vuelta con un niño 2 grados superior, con la indignación en la mano, fui y termine con ella; fue una reacción inmadura lo sé, con el pasar del tiempo, le pedí que regresemos, a lo cual me respondió con un muy justo NO, lo acepte pero no lo asumí. Luego de unas semanas ella empezó con un tipo que ya ni me acuerdo, pero ella afirmaba y reafirmaba que lo quería mucho.

Un día de esos donde el destino te tiene preparado un gran día, fuimos a una excursión, y da la casualidad que me pierdo con ella, pasaron horas hasta que lograron encontrarnos, horas que yo aproveche audazmente. Mientras que buscábamos la senda de regreso, yo le decía que termine con su novio para poder regresar, ella me negaba rotundamente, pero después de tanto insistir ella empezó a aflojar, poco a poco nos fuimos acercado hasta que recordamos nuestros besos mas furtivos, nos besamos tantas veces ese día, con cada beso le pedía una y otra vez para regresar, a lo que ella me respondía con un no, me decía que lo quería mucho (uy si!). Al final antes que nos encontraran me dijo que si terminaba con el yo sería el primer chico con que estaría, yo feliz me contenté con tan poco.

Paso una semana, ella termino con su novio y empezó otra relación.

La cual conmigo no tuvo nada que ver!

Como ven, todos podemos ser buenos, malos, unos malditos y también unos babosos en estas cuestiones del amor, es que nadie sabe a la perfección que hacer en cada situación para salir airoso y simplemente te tienes que arriesgar, a veces ganas, a veces pierdes dignamente y otras muy indignamente, pero en fin, nadie es un pavo por completo ni tampoco una águila de agudos sentidos, solemos ser una combinación de ambas, un mutante águila-pavo.
Pavo real

1 comentario:

  1. Hola! Otra vez yo, tengo que confesar que al comenzar a leer esto, me dió risa, y me sentí culpable, pero me alegra que la "preocupación" por mi comentario inspirara estas aclaraciones, aunque supongo que no eran totalmente necesarias, todos jugamos a ser malos, buenos, babosos, y malditos y aunque nunca lo hubiera pensado de esta forma tan ordenada y creativa sí supuse que no siempre fuiste un imperfecto.

    PD: Me encantó esta publicación y gracias por el comentario que dejaste en mi blog, me alegró muchísimo.

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