miércoles, 2 de marzo de 2011

SACANDOLE EL POLVO AL CORAZON

Un fin de semana sin nada que hacer, al fin llega el fin de semana, por fin voy a desestresarme del ajetreado estilo de vida que llevo día a día en el trabajo, y que planes? NADA! Vamos al cine? – mmm no hay nada bueno, se escapó El Cisne Negro, ya la compraré en DVD. Vamos a comer algo? – ya!, con quien? – alguna lectora interesada? Si sigo comiendo como lo estoy haciendo va a salir de mí el obeso en potencia que llevo dentro.
Como no tenía nada interesante que hacer me dedique a limpiar mi casa, si, distinguido y culto público, hice una remodelaciones, cambie de lugar los sillones, la cocina le di un estilo muy neoyorquino compre algunas cosas para que mi casa se vea un poco más respetable. Y siguiendo con la remodelación, llegue al dormitorio, como hice con las otras habitaciones de la casa también la empecé a tunear, quite los espejos del techo y bote la cama redonda, no, mentira, jamás tuve eso (aunque lo estoy pensando comprar). En fin, antes de barrer, lustrar y pelearme con todos los dragones y otros seres mitológicos que habitan debajo de mi cama moví todo para darme una idea de alguna buena distribución de espacio para mi cuarto. Cuando traté de mover mi pesada cómoda, solo llegue a eso, tratar, no la moví ni un centímetro, así que para aligerarla un poco le quité los cajones; en el último de ellos, encontré un montón de cosas polvorientas de un pasado no muy lejano pero si muy olvidado.

Las saqué con algo combinado entre curiosidad y miedo, si, miedo, miedo por reabrir cosas que tal vez es mejor dejarlas en el olvido…

Había una caja de cartón con un montón de fotos, fotos de cuando estaba en el colegio, uf! Tiempos aquellos!!! Cuando la mayor preocupación es agarrarte a la chica más linda de la clase, y en mi caso, que no me expulsaran! También había unos cards de Dragon Ball Z de la saga de Vegeta y de Frezzer, los tenia completitos, que grandes dibujos!, no como ahora, esta juventud que crece con los padrinos mágicos y con una esponja de dudosa sexualidad. Rebuscando en ese cajón de los recuerdos encontré una bolsa negra con muchas cosas adentro, que al parecer eran papeles doblados, al abrir la bolsa me di cuenta que no fue del todo bueno abrir ese cajón.

El color negro siempre te dice algo, en lo general algo malo, como the dark side con los Jedis, el color de la viuda negra, la bolsa que le ponen a los muertos, pues esta vez no fue la excepción. En esa bolsa negra yacía un muerto, eran los restos esqueléticos de mi última relación.
 Se llamaba Pilar, bueno se llama, aun no muere (lamentablemente), con ella todo era nuevo, tenía unos gestos preciosos que siempre me arrancaban una sonrisa hasta en los peores momentos, me encantaban sus largos risos negros que jugueteaban con sus hombros en cada movimiento tan dulce y coqueto que solo ella podía tener.

La conocí en el cumpleaños de un amigo, la verdad a primera vista no me pareció tan simpática, pero si llamó mi atención, luego de unos cuantos piscos y unos cuantos tequilas empezamos a tener temas de conversación, y luego nos ensimismamos en unos bailes acompañados por esa peculiar banda llamada “Niche”. Bailamos casi toda la noche, me encantaba que llevara un polo bastante holgado con los hombros descubiertos, me parecía tan sexy y tan dulce a la vez, con cada vuelta que dábamos me parecía más linda. Ya como a las 3am me dijo que se tenía que ir, en ese momento me di cuenta que me tenía que poner las pilas si es que quería que pasara algo con ella, me tenía que deshacer de ese letrero que me había hecho en toda la noche. La acompañé hasta su taxi, pero no tuve el valor ni siquiera de pedirle el teléfono, el más pavo, si lo sé.
Días pasaron y por obra y gracia del Señor me encontré con una amiga de ella que también conocí en ese cumpleaños, no me reconoció muy bien pero logré mi propósito, me dio el teléfono de Pilar, - yeeeeee- exclame, a lo cual la amiga dejo salir una pequeña carcajada. Con el papelito con su número en la mano, y el celular en la otra mano, no tuve con que agarrar el valor, me pase casi como media hora pensando que decir, hasta que le dije esto.

-alo? Pilar? Esteeeee, soy blabla, te acuerdas?- dije casi tartamudeando
-ahh si, el de la fiesta, que tal? Como estas?- con una dulce voz me respondió
- bien gracias, con una duda, mira te explico, hace como media hora tengo tu numero en la mano, y no sé cómo decirte para salir a comer o al cine, así que pensé que tu tal vez tendrías alguna idea que me pueda servir para lograr que aceptes salir conmigo porque realmente se me agotaron las ideas,se te ocurre algo?- y se rio irremediablemente!
-jaja, anda sonso, saldré contigo con una condición, que me hagas reír así en la velada- una sonrrisota se me dibujó en la cara.
-acepto!- quedamos la hora y el lugar y desde ese momento conté los minutos para que llegara tan ansiado momento.

Quedamos en que la iba a recoger de su casa a la 7pm, me arreglé lo mejor que pude, una vez más siguiendo los consejos que mi mamá siempre me da “una camisa siempre es una buena opción”, le hice caso y me puse una camisa color acero, unos jeans y listo! Salí al encuentro. Cuando llegué a su casa y toqué el timbre admito que estaba algo nervioso, repasaba mis chistes más ocurrentes en la mente, pero cuando abrió la puerta mi mente se quedo en blanco. Me acuerdo que llevaba unos pantalones azules muy ceñidos a su figura, me di cuenta que tenía unas piernas muy largas y esbeltas, pero no se comparaban con la luz que emitía su rostro, casi no llevaba maquillaje y tenía una vincha que le sujetaba el cabello, el cual una vez más me hipnotizo con sus definidos rulos. Me invitó a pasar un momento para discutir a donde iríamos, así que nos sentamos y empezamos a conversar, saltábamos de un tema a otro sin interrupción alguna, con unos breves intermedios de cordura que nos hacían recordar la tarea de buscar algún destino para salir. Luego de conversar desde películas, libros, hasta las diferentes formas de cocinar un huevo (en verdad hay muchas!) me di cuenta que ya eran como la 1am, se nos pasó la noche simplemente conversando. Y como sabia que la velada ya llegaba a su final se me pasó por la cabeza intentar algo para poder besarla, esta vez ya no era un agarre común y corriente, era un beso, con sentimientos, trascendencia y nostalgia de infinito. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero cuando la vi arreglándose el cabello con la vincha de tela que llevaba puesta le dije:

-          Te estas chascoseando mas, aunque así toda chascosa me gustas mas- se sonrió y se siguió arreglando el cabello
-          Lo estás haciendo mal, déjame ayudarte- le dije muy convincente, como si yo fuera Marco Antonio, entonces me dijo
-          Si crees que lo puedes hacer mejor entonces adelante, muestra tus dotes de estilista- se rio y bajo las manos para que yo la ayudara en esa difícil tarea de ponerle algún orden a esos tan deliciosos y rebeldes rulos.

Respiré profundo y con mucha delicadeza me acerque a ella, tome la vincha y la puse sobre sus ojos con el pretexto de que estaba arreglando su cabello, y cuando ella había depositado su confianza en mi estando totalmente a ciegas, miré sus rosados labios y con los últimos gramos de valor que me quedaban la bese.

En un primer momento pensé que me iba a rechazar por atrevido, por mandado, por pendejo, pero no, ella me correspondió el beso, me acuerdo perfectamente que la canción que sonaba en su equipo de sonido era Stand By Me de Ben E. King. Saboree 14 segundos de perfección.

Y así pasaron las semanas, entre salidas, risas, esos gestos que era el remedio perfecto para cualquier inconveniente que haya tenido. Me sentía muy cómodo con ella, sentía que podía decir cualquier estupidez sin sentirme estúpido sabiendo que ella me regalaría una risa, ay! Esas risas tan sinceras!... sabía que no iba ser nada bueno abrir esa bolsa negra.

Recuerdo que hubo un día que estábamos abrazados en mi sofá, y me confesó que su antigua relación había sido muy duradera y seria, pero con mi forma de ser y con los momentos que estábamos creando muy pronto no quedaría ni rastro de esa antigua relación, en cierta parte me alegré por que la cosa iba bien, pero a la vez sabía que su ex seguí ahí metido en alguna parte como una musaraña buscando el mejor momento para llevarse el queso, MI QUESO!

Dejando de lado a su ex, me sumergí en cual sería la mejor manera de pedirle que sea mi novia formalmente, si bien salíamos constantemente y nos besábamos aun mas constantemente, ella, aun no era mi enamorada. Mi cabeza creaba y desechaba todo tipo de idea para mandármela, hasta pedí ideas a unas amigas del trabajo. Al final me decidí por invitarla un domingo a mi casa, creo que era algo mas intimo y cómodo para los dos; sabia que le gustaban mucho las margaritas así decoré mi sala con miles de ellas, y compre un vino muy fino, y aliste un Cd con la canción de Ben, con esa canción con la cual nos dimos nuestro primer beso, si, me pase de cursi.

Llegó el bendito domingo, ella siempre me avisaba una media hora antes de que llegara a mi casa, y siempre lo hacía rondando las 5 o las 6. Llegó las 5 del domingo y nada. Llego las 6 y nada. Llego las 7 y nada. Ya me empecé a preocupar, le mande un mensaje y nada,  la llamé y nada. Me preocupe mas, ya eran la casi las 8 para esto, así que llamé a su casa, y su papá me respondió informándome que estaba trabajando en una jornada especial, en verdad si le creí, a veces su trabajo era algo acaparador, entonces le dije que apenas llegue que me llame, su papá asistió y me despedí.

Al día siguiente en la mañana, me fui a trabajar como todos los lunes, y en la chamba un amigo, muy de confianza, me dijo que vio a Pilar en una discoteca del centro con un pata, no andaba en onda afanosa pero estaba con un pata, la verdad no le di mucha importancia, muy celoso no soy (y eso me ha costado mucho!). El lunes se fue yendo con el pasar de las horas y cuando ya era como las 10pm aun no tenía noticia alguna de Pilar, así que la volví a llamar, y si me contesto, conversamos sobre lo que había pasado y me dijo que la disculpara que en efecto estaba trabajando y no pudo avisarme porque no tenía saldo, en fin, le pregunté sobre el sábado, y con un grito me dijo:

-            Ayyyy ya! Qué te pasa? Porque me preguntas tanto?- la desconocí por completo, me hubiera escupido si no fuera porque estábamos al teléfono
-            Ya ya ya, no dije nada- le respondí como un perro chihuahua, perdido y mojado en plena lluvia.- bueno no solo quería saber que estés bien, cuídate mucho si? Te mando un besote, ya nos vemos- me despedí rápidamente y colgamos.

Luego de eso me envió un mensaje disculpándose por lo sucedido, me decía que habían pasado muchas cosas y que me tenía que contar y que esperabá hablar conmigo pronto. Ese pronto jamás llego.

Pasó una semana y no dio señales de vida; pasaron 2 semanas y tampoco hubo nada. A la tercera semana me la encontré en el MSN, después de conversar banalidades de la vida al fin me enteré de la verdad.

Resulta que en efecto, ella había salido ese sábado con su ex, no había regresado, pero había conversado mucho y se dio cuenta que jamás lo había olvidado y que “no era justo para mí que ella este conmigo pensando en su ex”, pues si, tenía razón, pero tampoco era justo desaparecer tanto tiempo sin dar razón alguna mientras yo me rompía la cabeza pensando que chucha hice mal!

Al final me dijo “en verdad me gustas mucho, pero a él yo lo quiero” y esto fue lo que me dio la estocada final, “no sé si regrese con el pero no puedo seguir así contigo”, a mi entendimiento eso significa que me cambio por la posibilidad (en negrita, cursiva y subrayado) de regresar con su ex.

Como no suelo limpiar mucho mi casa, lo admito, aun habían algunas margaritas secas de mi intento de preguntarle para que sea mi enamorada, así que las guarde en un intento de masoquismo junto con el de Cd de Ben E. King, unas fotos, un colet que le robe, la etiqueta del vino el cual me tome solo, mi dignidad, y mi ego destrozados.

Hoy que abro esa bolsa me doy cuenta que no solo le quite el polvo a mis muebles, sino también al corazón.