miércoles, 9 de febrero de 2011

NACIMOS PERDEDORES

De nuevo yo con mis ideas tan positivas.

Era un viernes, y con unos amigos decidimos salir a cazar unas chelas en un hueco del centro, y de paso, a distraer el ojo. Mientras que nos alistábamos, uno de ellos, Francisco, nos empezó a contar sobre una nueva chica en su vida, nos contaba que era preciosa, muy simpática, tierna, muy inteligente, en conclusión, una chica difícil de encontrar. Como sapasos que somos le preguntamos si el ya había hecho algo para demostrar su interés en ella, la respuesta nos decepcionó, y lo que es peor, nos identificamos con él.

-        -  La verdad que si me he hecho notar, por lo menos sabe que existo, no sé si mi nombre pero sabe que existo. – nos dijo como si estaría dándonos una excusa.
-    -  Puuuuuuuuuuuucha, que las cagas!!! – les respondimos todos en coro, haciéndonos los cancheros en los ámbitos amorosos, como si fuéramos Messi en la cancha del amor, ilusos!

Ya luego cambiamos de tema, nos terminamos de poner algo presentables y nos enrumbamos al centro por nuestras chelas. Cuando llegamos al centro, bajamos de nuestra movilidad, un tico destartalado, pero al bajarnos, lo hicimos como si estuviéramos saliendo de un Mercedes, éramos los papis, los chuchas del centro, hoy no había mujer que se nos resista. Nadie volteo, ni siquiera la señora de los sanguches, y eso que el tico sonaba como camión.

Una vez adentro nos pedimos nuestra respectivas bebidas espirituosas, Francisco infaltable su pisco sour, Alejandro su cusqueña negra, Martin una mariconada de colores, y yo una Pilsen heladísima. Como buenos nostálgicos que somos brindamos por ellas aunque mal paguen, y justo en ese momento la noche se fue de picada, no le habíamos metido ni el primer sorbo a nuestros tragos y Martin empezó con sus frases de “porque a mí?”, y dice así: “porque a mí, si la trato tan bien, porque a mi si le doy su espacio, porque a mi si siempre la escucho, etc. etc. etc.…”. Les explico, resulta que Martin es el ultimo romántico, si, no se rían, mi pata es el más sentimental de todos, el te regala rosas, el no se hace paltas por estar cargando un oso de peluche gigante por toda la mercaderes, el te lleva serenata, y hasta te canta, horrible pero te canta; PERO!, su flaca lo trata peor que a trapo de piso, está bien, estoy exagerando (sorry Sofía), la flaca no lo trata, TAN mal, pero es que no es de las chicas romanticonas que esperan un verso de Bécquer al oído, odia Titanic, y le apestan las comedias románticas de Huge Grant; ¿que hacen juntos? No tengo la más mínima idea.

Después de darle todo un sermón, el mismo sermón de siempre, diciendo que ella si lo quiere, pero a su manera, eso tampoco lo entendemos, se calmo un poco y pudimos cambiar de tema. Nos embarcamos en la nueva chica de Francisco, nos contó con mas detalles esa historia. Resulta que la conoció en la chamba, la flaca es practicante en su área, así que se la cruza a cada rato, le ha hablado un par de veces para tratar de ayudarla en algo, la primera vez fue para decirle donde se archivaban unos papeles, su interacción no paso mas allá del “ahí, al fondo del pasillo”. La segunda si fue MAS intensa, ¡así nos dijo el muy pendejo! El salía de la oficina a dejar unos papeles a quien sabe dónde y ella entraba, y en el pasillo se interceptaron los dos, y en esa torpe situación en la cual uno se mueve para darle el pase al otro pero los dos se mueven al mismo tiempo tapándose la pasada, el, en un acto de suma valentía, la tomó de la cintura y se la chapó. No, mentira, primero se desmaya, lo que en verdad hizo fue tomarla de la cintura y suavemente ponerla a un lado para que pase y el siga su camino; esa fue experiencia más intensa.

Cuando nos contó sus experiencias tan intensas con esta chica, casi rompo mi botella y le corté la cara por pavo (y yo muy pendejo no?) es que lo contaba tan ilusionado, que hasta daba cólera. Nosotros le dimos una serie de tips para que se la afane, muy comprobados no están, pero ya eran algo, anoten:

  • ·         Sorpréndela con un detalle – dijo Martin –
  • ·         Juega con la indiferencia, eso las caga cuando saben que a uno les gustan, se descomputan y te toman más interés – dijo Alejandro –
  • ·         Averigua algo que le interese, algún libro, algún tipo de música en especial, o cualquier cosa, te haces el encontradizo y le metes el tema de conversa, de ahí ya es tu roche – le dije yo que alguna vez me funciono.

Francisco nos miro incrédulo, como si nosotros fuéramos muy experimentados en el tema, y tenía toda la razón, a todos, en más de una oportunidad nos habían choteado, es más, ni siquiera nos habíamos atrevido a hablarle a la chica que nos traía locos, nos cagabamos de miedo, y ahora, le dábamos consejos a Francisco, que tal sarta de conchudos!, una manada de ciegos guiando a un tuerto!
Luego de sacarnos los trapitos sucios nos reímos de nosotros mismos, y si, no hay nada que hacer, es tan difícil hablarle o embarcarle a la chica que nos gusta, como si fuera diferente, de otro planeta, que se yo! A veces me pongo a pensar que ha habido muchas veces que le he hablado a una chica sin conocerla. Fui, le hablé y nos llevamos bien, y hasta nos hicimos amigos, obviamente no me gustaban, pero funcionó, y muy probablemente hay un chico ahí afuera que se moría por ellas pero no se atrevió a hablarles, ¿Por qué pude hacerlo yo? ¿Esa falta de atracción es la que me dio la posibilidad de hablarles? ¿Solo podré embarcar a chicas que no me gustan?

Luego de filosofar sobre el tema y luego de unas cuantas chelas ya estábamos algo sazonados, pero aun sobrios!, es lo que siempre dicen los borrachos, pero algo me acuerdo. Me acuerdo que como a la media noche entro tal mujerón al bar, no era linda, no era preciosa, era… ERA…. INALCANZABLE!, estaba más buena! Era alta, de unos oscuros rizos definidos, una tez blanca que contrastaba con su cabello que lo dejaba caer juguetonamente sobre su escote, y que escote!, traía una blusa negra, muy ceñida a su figura y unos pantalones negros que le dibujaban sus torneadas y largas piernas. Nos quedamos hechos unos pelmazos viéndola mientas que pasaba alado de nuestra mesa, éramos un cuarteto de indigentes babeando al frente de un churrasco a lo pobre, que mujer!

Luego de tal espectáculo, llego la tormenta, cualquiera pensaría que tal mujeron estaría acompañada de un pata de 2 metros, agarradaso, con un mentón que mas que mentón pareciera un poto, y una cabellera rubia mismo Johnny Bravo, pero no!, señores y señoras, el pata que la acompañaba no era nada espectacular, ni siquiera guapo, apenas llegaba a ser presentable, la verdad es que era FEO!, con F de “!Futa madre que feo que eres!” nos quedamos atónitos, estupefactos, envidiosos, recontra envidiosos!
La pareja se sentó en una mesa cercana a la nuestra donde podíamos ver el espectáculo, el pata pidió dos chelas, una cusqueña y una quara para ella, nada ficho ni caro, así que parecía que ella no estaba con el por la billetera, por ahora esa era nuestra impresión. Apenas se sentaron él le empezó a hablar, ella lo miraba con una atención catedrática, y cada 50 segundos ella soltaba una carcajada, la chica no paraba de reír. Ahí lo entendimos todo.

No es que la habíamos entendido, lo habíamos recordado, si haces reír a una chica, ya tienes el 70 a 80 % del camino hecho, dependiendo de las exigencias de la chica. Es verdad y las chicas no me van a dejar mentir, es preferible un chico que las haga reír, a un churro pero apagado, es verdad no? (digan que si por favor!!!). Me puse a pensar que yo también hago reír a las chicas, todas mis amigas dicen que soy un cage de risa, bueno no todas, pero algunas si, algunas chicas que leen el blog también, así que yo también me puedo conseguir una chica así de espectacular, si señor!

Mi idea no se quedó en idea, esa noche la puse en práctica, con tal, ya estaba medio borracho, y uno borracho hace cualquier estupidez. Se los comenté a mis patas, les dije – si ese feo de mierda puede, yo con este cacharro que Dios me dio también la hago – convencido les dije, en ese mismo instante empecé a buscar una chica linda a mis alrededores, y había una que estaba a unos 8 metros de distancia que al parecer hace rato me estaba coqueteando, me miraba buscando que la mirara, y cuando lo conseguía ella bajaba la mirada y se sonreía coquetamente, jugaba con su cabello cada vez que hacia eso, así que pensé que no sería tan difícil abarcar a una chica que de por sí ya tenía cierto interés en mi.

Acá viene la parte ilustrativa de lo noche. De por sí, nosotros, los hombres, ya nacimos perdedores, que quiero decir con esto, si en una fiesta, reunión, bar, discoteca o lo que fuere te encuentras con una chica linda a la que te gustaría hablar, te hiciste acreedor a un letrero luminoso bien grande así que dice “PERDEDOR”, si, en ese momento te hiciste un perdedor por qué quieres algo y no lo tienes, así que si piensas amigo lector que por no intentar hablarle o sacarla a bailar te libraste de la humillación de ser un perdedor, pues no! Te la ganaste y con honores, porque ni siquiera lo intentaste. En una situación como esta hay dos cosas que puede suceder, y solo dos, ni tres, ni cuatro, ni uno y medio, solo dos! O te la agarras, le sacas el número o te la llevas a un hotel, dependiendo de tus intensiones licantrópicas; ó, te vas solo, triste y humillado, porque pendejo es que hace la pendejada, antes, solo eres un idiota tratando de conseguir algo. Cuando nos hacemos propietarios de este cartel solo hay una manera de quitárnoslo, intentándolo, al fin del cabo no tenemos nada que perder, de por sí ya estamos sin ella, así que no nos pueden quitar nada,(el orgullo para el hombre es como la cola para las lagartijas, crece al toque) así que a sacarse ese letrero de perdedores.

FIN.

¿Qué paso con la flaca que le fui a hablar?


Bueno, ahora tengo otro bonito letrero luminoso en mi cuarto.